lunes, 8 de septiembre de 2014



08 de Septiembre de 2014
Boletín No. 206

Nosotros, ¿Qué seriamos capaces de hacer?

En esta mañana prácticamente al abrir mis ojos se vino a mi mente el titulo con el cual identifico nuestro boletín de hoy, se proyectó de igual forma ese hombre que conocemos como Jesús y que sabemos ya sea por historias, por películas, por la recreación de una imagen, por visitas a la Iglesia, por escuchar o leer su palabra o por simples referencias de alguna persona, que este Jesús fue capaz de soportar en su condición humana un gran e inimaginable dolor, angustias, miedos, soledad, tristezas, vergüenza, humillación, tortura, cinismos, bajezas  y un sinfín de emociones y sentimientos que dificulto sea posible para la mente humana poder describirlos o definirlos sin vivir esa circunstancia que solo un ser en su condición sobrenatural pudo soportar, pero no solo de esto se trata, también Jesús fue en su periplo terrenal y en su actual condición espiritual capaz de amar en grande, de enseñar, de lograr, de conquistar, cambiar modos de pensar y escudriñar en los sentimientos que inspiran al hombre desear ser mejor, descubriendo en ellos capacidades y talentos que no conocían y que a partir de transformar su accionar y su conducta les convertía en mejores individuos para ellos mismos y el entorno que los circundaba. Fue un hombre capaz de preparar y dejar un legado que por hoy se mantiene y que continua si pensamos únicamente en los 2014 años desde donde se conoce la humanidad con la referencia (DC) que determina un Después de Cristo.

Jesús es constante, entregado a los suyos, siempre es y será igual hoy, mañana y siempre, él deja en todo momento algo en cada uno de nosotros a través de su palabra que instruye, que nos hace reflexionar y sobre todo que nos hace mejorar, no hay nada en vano ni estéril en su expresión, solo llega, llena y transforma. Muy importante reconocer en él que no solo es la persona que manifiesta amor en abundancia sino también que en consonancia con ese afecto reprende y orienta con contundencia y solidez, es fiel a los suyos, protector y cuidadoso de su gente, siempre escucha y nunca abandona, con el todo es para consolidar lo mejor y esto se traduce en bienestar humano y profesional.

Para nosotros, que tenemos la magnífica oportunidad de ejercer como Líderes, Directores o Gerentes, que tenemos en nuestras manos el moldear capacidades y talentos humanos la pregunta de hoy es vital, ¿seremos capaces de formarnos para vivir y sufrir por nuestra gente con todo lo que ello implica en aras de una excelencia personal, profesional y organizacional? ¿Hasta donde es el compromiso de nuestra entrega como líder? Depende de nuestra respuesta que nuestra acción y legado permanezca, sino, estamos expuestos a marcar presencia solamente por un momento en la vida de nuestros liderados o sencillamente  convertirnos en uno más del montón.  

La Decisión solo está en Nosotros.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y un Respetuoso Abrazo Virtual. 

C.E.O / Carlos Omar Delgado Carpio
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