11 de Octubre de 2021 - Boletín Nro.408
Un Engranaje para el Logro...
"Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País"
Si hay algo que debe buscarse en la intención de obtener una gestión de excelencia es consolidar un engranaje de alta factura o de estándares óptimos para que todo fluya, para que la gente se empodere y para que los objetivos se cumplan, esto implica una fuerte aceptación y compromiso por parte de los líderes de equipos en las diversas áreas y hasta en la concepción individual de cada integrante de la organización facilitando con esto el lograr no solamente el objetivo deseado sino también que el mismo pueda cumplir con los parámetros de excelencia que lo hagan distinto e innovador y con ello competitivo y de impacto comercial.
Es así que ante esta situación nuevamente se levanta la bandera del liderazgo para trastocar todo lo anteriormente citado, porque para lograr cada palabra mencionada el líder debe convertirse en una especie de Director de Orquesta que tiene que equilibrar y acompasar los estados de ánimo de su gente para generar en ese equipo de diversos caracteres y personalidades la ambición, la posibilidad y la cooperación que permita activar el elemento creador y constructor del objetivo que se persigue, es decir que así como para el equipo el objetivo lo representa la consecución final del objetivo, para el líder el objetivo con el que puede lograr lo programado lo hace en grandísima parte el hecho representado en que cada miembro de ese conjunto de personas toque su partitura de forma correcta y afinada pero que tengan la sabiduría e inteligencia a pesar de su acción individual de escucharse entre sí, es decir, uno para todos y todos para uno, así todos ganan. De igual forma es algo muy cierto que no siempre un equipo de trabajo es capaz de realizar un trabajo en equipo, en virtud que la formación, actitud, empatía, y hasta la personalidad de quien ejerce el liderazgo determinará que eso pueda ocurrir, recuerda el líder es como el agua, adaptable, capaz de transformarse, moldeable, flexible, penetrante, podrá llegar hasta donde tenga que llegar, también podrá ser fuerte, muy firme y contundente cuando se estime necesario, es decir que la influencia y la manera de impactar a los suyos será la varita mágica que activará el mecanismo de motivación, inspiración, deseos, compromiso, empeño y resultados que brindará finalmente la respuesta de consolidar objetivos óptimos en base a la utilización de un buen lubricante denominado “liderazgo de excelencia” activando con ello todo el potencial que puede emanar de ese precioso engranaje que inspira el talento humano que nos acompaña.
Un elemento que todo individuo en el ejercicio del liderazgo debe entender y reconocer es la forma y manera en que se desenvuelve y produce el logro de objetivos, porque ello depende esencialmente de su visión, acción, y actitudes las cuales pone de manifiesto en función de los demás y quienes son finalmente los que integran el conglomerado de talentos que posee para lograrlo, no se trata de rendirse a sus pies, ni de minimizarse ante el equipo, es sencillamente el establecer un marco de empatía donde todos nos entendamos en la intención de evolucionar en la misma ruta, respetando individualidades pero uniendo esfuerzos, aunando criterios y sumando habilidades para consolidar metas que nos lleven al éxito. El engranaje lo hace, lo entona, lo lubrica, lo activa y desarrolla quien ejerce el liderazgo porque a su vez con el movimiento de las distintas piezas se evidenciará una sinergia fundamental en todos los integrantes del mecanismo que repercute en la buena acción, la buena vibra, la disposición, el espíritu y la voluntad de perseguir y lograr lo que finalmente se convertirá en lo tangible de un objetivo ganado a pulso y que una vez y en su momento solo era un sueño en la visión de quien decidió liderar lo que hoy podemos tocar, sentir y percibir.
Finalmente y en función de lo expresado, es por esto que el Líder hace, construye y motiva el desarrollo del mejor engranaje. No lo olvides y tenlo presente.
Carlos O. Delgado C.
