domingo, 7 de febrero de 2021

08 de Febrero de 2021

Boletín Nro.389


Lo Clásico Permanece... 

                                                           Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País. 

En la Gestión, uno de los elementos que debemos considerar de manera obligante es tomar en  cuenta la personalidad y los valores individuales tanto del líder como de los empleados o colaboradores, así como también su impacto en el rendimiento individual y colectivo de la organización, en atención que el significado que se da al trabajo es un hecho que varía precisamente según la historia y la personalidad de cada individuo, y que ahora hay que adaptar con nuevo sentido pero con clásica permanencia al mundo digital.


De igual forma, nos encontramos en la actualidad bajo el contexto de la “agilidad” la cual se convierte en una cualidad esencial para los líderes y las organizaciones de hoy en día por aquello de requerir de este individuo denominado Líder la capacidad de atender y gestionar múltiples factores cambiantes y donde igualmente deberá consolidar objetivos. En esto tomamos como base el concepto expresado por Antonin Gaunand en su libro “El Líder Ágil”  donde define la agilidad como “…la capacidad de un equipo u organización para adaptarse a un entorno en constante cambio” situación muy sensible en la actualidad y de presencia vital en razón de las transformaciones que ha sufrido el mundo en todo sus niveles a raíz de lo que ocurre con la pandemia de COVID 19. Por ello el Líder, el Director o el Gerente deben convertirse en gestores preparados, consustanciados con los individuos y con los colaboradores que le acompañan a consolidar tareas y objetivos en entornos tan volátiles, casi sin estructura que sostienen el desarrollo y evolución de la gestión de hoy en día. Por esto, lidiar con la tele-presencia, tele-trabajo, tele-evaluación, tele-supervisión, tele-control, implica también tele-lograr y tele-consolidar en un mundo gobernado por espacios digitales que requieren de hombres y mujeres capacitados para contar con muchos sin tenerlos a todos, trabajar con todos sin ni siquiera conocerles y desarrollar acciones y proyectos en base a una Gerencia Digital que se ha convertido en una realidad que vino para quedarse.


Sin embargo gestionar en las condiciones que hoy rigen la materia tiene que contar con bases que sostengan las estructuras de interacción y buen hacer entre el líder y sus colaboradores, por ello hay principios que permanecen aún en el entorno Digital de Tele-presencia como por ejemplo, lo referente a entender que un buen rendimiento comienza con objetivos claros, tomándose el tiempo necesario para hablar de ellos, así como definirlos y acordar los resultados concretos esperados asegurándose que los objetivos sean lo suficientemente sintéticos y precisos como para ser comprendidos y releídos con rapidez y regularidad. Asimismo, entender que aprender siempre será mejor si se posee un clima que aliente a ello, sorprende a tus colaboradores y destaca sus logros para animarlos a continuar por ese camino. Expresa regularmente tu confianza en ellos y tu fe en su progreso. También te sugiero que seas un Líder, un Director o un Gerente que posea una mano de hierro en un guante de terciopelo tal como lo enseña el Dr. Ken Blarchard. Con esto te indico que le digas a tu equipo directamente sus errores y deficiencias para que puedan ser corregidos lo antes posible. Tómate el tiempo necesario para explicar lo que no funciona correctamente y por qué no cumple con tus expectativas. Concéntrate en el comportamiento inapropiado en lugar de hablarle de manera general a la persona sobre el tema.


A pesar del entorno digital ten presente que tus comentarios solo serán efectivos si son constructivos. Evita la exageración, así como los comentarios hirientes o innecesarios. Muéstrate disponible. Sea cual sea tu carga de trabajo, que tu puerta digital siempre este abierta a tus colaboradores, a su mente, y a sus ideas, teniendo presente que “El minuto mejor utilizado es aquel invertido en las personas”. Actúa de inmediato. En cuanto tengas algo que expresar, tanto positivo como negativo, hazlo inmediatamente y sin demora, solo así el impacto de tu comunicación será mayor, mientras que de forma tardía disminuirá su impacto y correrás el riesgo de fomentar reacciones defensivas. No lideres, facilita la decisión. No des instrucciones; en su lugar, anima a tus equipos a encontrar las respuestas a sus preguntas por sí mismos. Enséñales a tus colaboradores a prescindir de ti. Acompáñalos mostrándoles el camino. Recuérdales sus responsabilidades y anímalos a asumirlas. Se sentirán valorados y ganarán en confianza. Sé un ejemplo. Sé el primero en aplicar lo que predicas ya que aprenderán más viéndote actuar que escuchándote hablar.


Finalmente, cuestiónate a ti mismo, asume tu parte de responsabilidad ante cualquier circunstancia, revisa constantemente tus métodos y adáptalos a las circunstancias y de ser necesario, cámbialos. Ahora bien, recuerda que todo lo descrito viene de la gestión clásica y que adaptaras por su vigencia y éxito demostrado a la gestión digital que ahora nos corresponderá dirigir. Ténganlo Presente.


Carlos O. Delgado C.
Management Trainer 
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
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