lunes, 25 de mayo de 2015


25 de Mayo de 2015
Boletín No.223
Que Yo Mengüe para que el Crezca…


Ha sido de impacto personal en mi Existencia Humana y Familiar observar en primera fila como estas palabras pronunciadas por Juan el Bautista hace Dos mil y tantos años en referencia a Jesús de Nazaret se convertían en realidad para una novel Vida tanto en su quehacer humano, como también, en su traducción potencial al quehacer Gerencial (Leer las Sagradas Escrituras en Juan Capitulo 3 del versículos del 22 al 30). Pude ver en la realidad de la Vida como en estos últimos años una relación afectiva y de grandes sentimientos bañados de connotación espiritual se convertía en una labor de dedicación, de constancia, de formación, de arte y maestría entre un Padre y un Hijo. No he dicho que ha sido una labor de perfección, no he dicho que no se han podido cometer errores en ese proceso formativo, porque nunca debemos olvidar nuestra esencia humana, pero lo que sí es un hecho tangible fue el vivir y observar la entrega, el denuedo, la consagración y consolidación de alcanzar el objetivo y la meta de formar a un hombre y con ello a ese naciente líder para la vida que desde ya la toca afrontar, eso sí, con la responsabilidad de haber sido formado para el éxito, porque los instrumentos y herramientas utilizados para alcanzar sus logros ya le fueron entregados por su Maestro como un pase de Testigo en la nueva carrera por emprender.
Mis respetados Lideres y lideresas, cuando podemos vivir con satisfacción el poder entregar lo mejor de nosotros para formar, educar, moldear y trascender en esas personas que recibirán el testigo de nuestra vida humana u organizacional, aparte del gran amor que ello implica, estamos dejando con ello también el Tesoro que envuelve el conocimiento, la responsabilidad, la entereza y todos nuestros mejores valores, a esto se agrega la calidad humana y del servicio, el amor por las cosas que hacemos y que deseamos que se estimen y trasciendan en el tiempo con el sello indeleble de nuestra personalidad, con esa marca o estigma positivo de saber que quien sigue tus pasos lleva el Certificado Real de haber sido formado por Ti.
Para ese Líder que abre caminos, que no se aferra a su espacio de confort, para ese líder que no existe el egoísmo porque en su léxico y en su diccionario los términos que limitan su acción están descartados, para ese líder que entrega con amor lo mejor de sí, que prepara la ruta, que enseña técnicas, que brinda herramientas, que elabora y construye los planos de quien será su sucesor, que los convierte en realidad visible y que oportunamente cede el paso para abrir las compuertas de la inspiración, de la creatividad, para dar vida a esa nueva persona y a ese nuevo liderazgo que emerge, no queda otra palabra que concederle el Respeto y el Honor en Mayúscula de disfrutar en su espacio sempiterno, en su cumbre y en la Majestad de su logro el presenciar con magnanimidad el retoño y los avances de su obra en el que hacer de su vida humana y profesional.
Que siempre hará falta, si, que extrañaremos a ese buen maestro, si, que siempre preguntaremos ¿Qué haría él? SI, pero su Corazón y Espíritu de verdadero líder le hizo visionar la grandeza de entender que hacía falta que el menguara para que tu Crecieras y con ello más pronto que tarde entenderás la Sabiduría de tu Creador y del Líder que él te asignó para que fuera tu Maestro, y mas allá de eso, comprender con alegría que ese fiel Maestro siempre permanecerá en ti.

Dedicado a mi Cuñado Miguel Tozzi R.(+) y su Gran labor de Liderazgo en mi Sobrino Gabriel.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y un Respetuoso Abrazo Virtual.