martes, 21 de julio de 2015


22 de Julio de 2015
Boletín No.229


La Razón y la Emoción…

Lamentablemente para nuestra humanidad y en muchos quehaceres profesionales de la vida no ha sido precisamente la Razón lo que ha determinado el curso de los sucesos que han ocurrido, y más aún, que los mismos estén vinculados a éxitos profundamente valorados por contar con la cordura, planificación, sensatez, y la madurez de comprender que si podíamos hacer las cosas bien desde un principio, sencillamente ¿porque no lo hicimos?, tanto es así, que para poder internalizar la razón hemos tenido muchas veces que transitar por el camino de sangre, sudor y lágrimas en mucho de nuestros logros y también en nuestras acciones de vida tal como lo expresaba Sir Winston Churchill.

Pero en otro contexto podemos observar, que cuando nos rige el aspecto emocional traducido en lo que llamamos corazonadas, ocurrencias, ímpetu, lo no programado, el plan “b” de última hora, etc… y todo ello convertido en el triunfo inesperado con el cual obviamente no contábamos, pero internamente lo perseguíamos, se han podido consolidar inmensidad de objetivos a lo largo de la historia, pero en todo ello ha existido un ingrediente indispensable como lo es la palabra certera y emocionada de un Líder con un objetivo que el si conoce y que debe inocular mediante la influencia a toda su gente para conquistar el corazón del grupo liderado y consolidar la simbiosis perfecta de hablar con emoción para comprender con razón lo que estamos comprometidos a lograr.

Y es que en las palabras, en esa comunicación vital con nuestro equipo donde muchas veces podemos pasar horas explicando lo que se desea lograr, la razón casi siempre pierde ante el discurso emocionado de quien lidera o dirige porque la fogosidad de la aventura controlada toca la fibra de las personas que debes inspirar, que debes comprometer, que debes enamorar para que acompañen el ejercicio y la trayectoria que implica obtener un logro profesional y organizacional. Cultiva tu verbo, expresa con tus gestos, utiliza la palabra adecuada para el momento oportuno, cultívate en ello, no pierdas la oportunidad de inspirar a través de ese verbo emocionado que hace a los tuyos desear acompañar el proyecto que requieras emprender, por ello combina la emoción con la razón y te darás cuenta que se facilita el trabajo y se optimiza el logro, no tendrás que ordenar o mandar, sencillamente hablar e inspirar, todo lo demás lo harán los tuyos porque se encuentran comprometidos con el Líder que tu representas y el bienestar de la relación que se crea entre ese equipo fortalecido y un Líder inspirador.

Te reitero, cultiva el verbo, no pierdas la emoción, motiva la inspiración, enamora a los tuyos, logra a través de ellos y disfruta el triunfo que juntos pueden obtener con el solo hecho de convivir con esa constante emoción sin perder la necesaria razón en lo que deban lograr. Por ello, combina positivamente el rico coctel que implica utilizar la cantidad necesaria y justa de Emoción y Razón, eso sí, después me cuentas…

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y un Respetuoso Abrazo Virtual. 


Carlos O. Delgado C.
CEO de Liderazgo en tu Día & Management Training
Coach Gerencial y de Vida