domingo, 12 de abril de 2015


13 de Abril de 2015
Boletín No. 219

Evoluciona, Ayer solo fue ayer…

Existen conductas humanas que nos retraen a permanecer anclados al pasado, al ayer, es como si tuviéramos a cuesta una gran roca de la cual no podemos liberarnos. He podido escuchar cualquier cantidad de temas y conversaciones referente a esto al igual que he observado bastante literatura que trata de solventar y fomentar las soluciones que se podrían aplicar. Sin embargo, no es solo una conducta humana que muchas veces nos domina, es que también en nuestra actividad gerencial el pasado nos envuelve, nos merma la capacidad creativa y nos amarra a la costumbre. El Director, el Gerente o el Líder es el elemento indicado para actuar sin ataduras, sin límites y con proezas, para él también existe un pasado que debe traducir diariamente en minimizar errores, en maximizar objetivos y metas, consolidar transformaciones y potenciar al equipo humano que lo acompaña, el pasado para este actor organizacional se convierte en parámetros de comparación y enseñanza, de evaluación y profunda oportunidad.

El pasado para el líder significa ver por el retrovisor de la vida las cosas que no debe hacer o las que debe mejorar, las que debe modificar o las que debe mantener pero actualizando y optimizando los procesos que influyen para un mejor logro de metas humanas y organizacionales, es posible que en ese pasado alguna meta se haya trastornado y no se obtuviera el anhelado resultado, pero para el Gerente esta circunstancia se convierte en experiencia y sabiduría para reconocer y ver cara a cara no tan solo el error sino también la mejor manera de lograr los éxitos merecidos. 

Quien lidera debe ser amigo del ayer, pero no estancarse en el ayer, por aquello de contar con la experiencia y la experticia de valorar todos los bemoles que se encuentran en la partitura que implica construir una excelente actuación gerencial, es ver el pasado con criterio de evolución y no con resentimiento por aquello que en su momento no se pudo lograr, es cambiar la frustración de un instante por el brillo del presente, es visualizar ese presente con el brillo que depara el futuro, sabiendo que cada aspecto de tu vivencia organizacional, la viviste, la valoraste y sobre todo la transformaste en herramientas de logros para el éxito y no en espinas para tus pies que retrasan la evolución en tu caminar gerencial.

Como te decía al principio, Ayer solo fue ayer, ya no podrás hacer nada por lo ocurrido ni siquiera puedes cambiar un minuto que ya pasó; pero debes tener en cuenta que siempre podrás construir un presente con la experiencia de ese ayer para evolucionar al futuro que mereces orientado indiscutiblemente a lo mejor.
  
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y un Respetuoso Abrazo Virtual.