13 de Abril de 2015
Boletín No. 219
Evoluciona,
Ayer solo fue ayer…
Existen
conductas
humanas que nos retraen a permanecer anclados al pasado, al ayer, es como si
tuviéramos a cuesta una gran roca de la cual no podemos liberarnos. He podido
escuchar cualquier cantidad de temas y conversaciones referente a esto al igual
que he observado bastante literatura que trata de solventar y fomentar las
soluciones que se podrían aplicar. Sin embargo, no es solo una conducta humana
que muchas veces nos domina, es que también en nuestra actividad gerencial el
pasado nos envuelve, nos merma la capacidad creativa y nos amarra a la
costumbre. El Director, el Gerente o el Líder es el elemento indicado para
actuar sin ataduras, sin límites y con proezas, para él también
existe un pasado que debe traducir diariamente en minimizar errores, en
maximizar objetivos y metas, consolidar transformaciones y potenciar al equipo
humano que lo acompaña, el pasado para este actor organizacional se convierte
en parámetros de comparación y enseñanza, de evaluación y profunda oportunidad.
El
pasado para el líder significa ver por el retrovisor de la vida las cosas que
no debe hacer o las que debe mejorar, las que debe modificar o las que debe
mantener pero actualizando y optimizando los procesos que influyen para un
mejor logro de metas humanas y organizacionales, es posible que en ese pasado
alguna meta se haya trastornado y no se obtuviera el anhelado resultado, pero
para el Gerente esta circunstancia se convierte en experiencia y sabiduría para
reconocer y ver cara a cara no tan solo el error sino también la mejor manera
de lograr los éxitos merecidos.
Quien
lidera debe ser amigo del ayer, pero no estancarse en el ayer, por aquello de
contar con la experiencia y la experticia de valorar todos los bemoles que se
encuentran en la partitura que implica construir una excelente actuación
gerencial, es ver el pasado con criterio de evolución y no con resentimiento
por aquello que en su momento no se pudo lograr, es cambiar la frustración de
un instante por el brillo del presente, es visualizar ese presente con el
brillo que depara el futuro, sabiendo que cada aspecto de tu vivencia
organizacional, la viviste, la valoraste y sobre todo la transformaste en
herramientas de logros para el éxito y no en espinas para tus pies que retrasan
la evolución en tu caminar gerencial.
Como
te decía al principio, Ayer solo fue ayer, ya no podrás hacer nada por lo
ocurrido ni siquiera puedes
cambiar un minuto
que ya pasó;
pero debes tener en cuenta que siempre podrás construir un presente con la
experiencia de ese ayer para evolucionar al futuro que mereces orientado
indiscutiblemente a lo mejor.
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos,
y un Respetuoso Abrazo Virtual.