05 de Octubre de 2020
Boletín No.381
Edificar con las Palabras...
Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País.
Ser ejemplo o ser el molde en el que alguien se inspire no deja de ser bastante comprometedor y requiere asumir un alto nivel de responsabilidad para consigo mismo y para con los demás. Sin embargo, quiero empezar estas líneas por reconocer que soy humano, que fallo y me equivoco mil veces, lo importante para mí es no quedarme estancado ahí. Ahora bien, en base a esto nacen mis palabras de hoy porque a lo mejor ustedes pensaran que esas palabras siempre son inmaculadas, sin un alto o un bajo disonante, o peor aún que no salen de mi boca con el carácter o la tibieza que requieren en un momento particular cuando debo enfrentarme a situaciones o personas que lo ameritan, aunque esto es el menor porcentaje de mis días les confieso que muchas veces es útil y necesario un buen y contundente desahogo verbal para alinearle los chacras como dice jocosamente mi menor hija a algo o alguien que quiera perturbar o enturbiar los objetivos a los cuales estoy llamado. Aclarado el punto prosigo.
Un Líder, un Director o un Gerente tienen en sus manos, en su poder y en su entorno el más valioso recurso con el cual puede construir y acometer sus mejores acciones o fundamentar el más valioso imperio, es decir con el talento humano primeramente conformado por su equipo y colaboradores, y en plano similar y con igual importancia el representado por el poder de sus palabras. Pero más allá de la interacción personal, organizacional y profesional que pueda mantener no existe entre nosotros un vínculo más certero y productivo que el generado por un término bien aplicado, por lo que significa el nombre de cada quien cuando es llamado, por esa agradable expresión que derrumba cualquier muro de pesimismo o por el mágico mensaje que activa y motiva, que inspira y genera dosis de metas, acción y logro que cambia los destinos de cualquier espacio moviendo la adrenalina del equipo y cohesionándolo en base a la inspiración para lograr lo que se propongan y todo esto realizado por una palabra, siete letras que marcan la diferencia entre ganar o perder, consolidar o fracasar.
Es tanto así, que no existe una referencia tan contundente como la que expresa el Padre de los Libros sobre lo que implica el poder y uso de la palabra y de cómo puedes influenciar con ella, sumar o restar en una vida, cambiar o hundir a una persona, potenciar o alienar a alguien, es por eso que para el ejercicio de un liderazgo efectivo la palabra, lo que se dice, lo que se expresa y como se expresa impacta en los otros de una manera determinante. Por esto construir o edificar en una persona es transcendental y si bien el ejemplo y la enseñanza son parte del recurso del líder no se puede descuidar el uso y el espíritu que brindan las palabras a la relación y al ánimo, a la disposición y la actitud que tu equipo y colaboradores necesitan para avanzar y crecer. Debes empeñarte en que también se entienda la motivación de tu expresión porque no todo el tiempo las palabras estarán edulcoradas, muchas veces vendrán con dureza y enseñanza y eso también es crecer y los tuyos lo deben y lo tienen que entender.
Recuerda, las palabras sirven para todo y en nuestro caso edificar a los tuyos es el pilar fundamental de tu misión como Líder, Director o Gerente. Permite que así como las usas ellas también hablen de ti, de tu calidad y altura, de tu humildad y don de gente, de tu disciplina y afecto. Edifica siempre con ellas, siembra con ellas en los demás y prepárate para recibir la mejor cosecha en el ámbito de tus cualidades y competencias, por eso un Líder marca y transforma vidas a través de sus palabras, úsalas para el bien.
Carlos O. Delgado C.
Management Trainer
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
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