08 de Abril de 2019
Boletín No.345
El Líder Confundido...
Venezuela, No lo Olvides… Es Urgente Reilusionarnos como País.
Había
una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría
ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y
bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el
jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema:
“No sabía quién era.”
“Lo
que te falta es concentración”, le decía el manzano, “si realmente lo intentas,
podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?” No lo escuches, exigía el
rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?” Y el árbol
desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los
demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho,
la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: No te
preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre
la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás
quieran que seas. Sé tú mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz
interior. Y dicho esto, el búho desapareció. ¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…?
¿Conocerme…? se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió
y cerrando
los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior
diciéndole: Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás
cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer
grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al
paisaje… Tienes una misión “Cúmplela”. Es así como el árbol entendió su
esencia, se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello
para lo cual estaba destinado, pronto llenó su espacio y fue admirado y
respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Por
analogía, para el Líder, el Director o el Gerente, descubrir y entender su
esencia, su espacio, sus fortalezas y sobre todo “fortalecer esas fortalezas” es fundamental para potenciar sus talentos, elemento que le dará brillo y
proyección en su marco personal y profesional. Deja crecer al Roble que hay en
ti, tienes un propósito y un espacio que llenar. No permitas que nada ni nadie
te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser Gerencial,
Profesional y Humano, pero sobre todo recuerda que jamás podrás conocer el
propósito de tu vida si no rindes tu corazón a aquel quién te creo. Conocer a
Dios es encontrar el propósito de Dios para nuestra vida tal como lo
expresa Rick
Warren en el Best Seller
“Una Vida con Propósito” porque el Líder, el Director o el Gerente es un
compendio de integralidad entre lo
humano, lo divino, lo espiritual, lo profesional, lo carismático, lo lejano sin
dejar de ser cercano, empático, sensible, pero sobre todo seguro de sí mismo,
de lo que desea lograr, de lo que sabe hacer, cumplido, cabal, con una palabra
aderezada por la verdad y el respeto, directo, sincero, entregado a los suyos e
inspirando con su ejemplo al entorno que lo acompaña.
Solo
así el Líder será feliz con lo que hace y sabiendo porque lo hace, ya que habrá
descubierto para que está destinado, cuál es su misión y propósitos de vida y
como en el cuento del Roble nuestro Líder llenará el espacio que le corresponde
siendo admirado y respetado por Todos… No lo Olvides.
Gracias
a
www.renuevo.com por la inspiración brindada para este boletín.
Carlos O. Delgado C.
CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.