30 de Julio de 2018

Boletín No.321

La Visión como Herramienta Vital del Líder...

Venezuela No lo Olvides… Es Urgente Reilusionarnos como País.

La Visión o la Proyección de lo que se desea siempre ha sido una imagen abstracta para quienes en algún momento nos ha correspondido estar fuera de ella o fuera de lo interno que significa lo que se piensa, desea, aspira o pretende por parte de ese hombre o mujer que le corresponde liderar los destinos de personas, espacios y organizaciones. Pero debemos empezar a entender y valorar la importancia vital y grandeza que encierra esta pretensión onírica que no logramos observar y de la cual depende en gran porcentaje el logro de metas y objetivos en cualquier aspecto de la vida personal o profesional. En el caso que nos ocupa podemos definir esta Visión como la imagen clara de lo deseado y que posee el Líder, el Director o el Gerente pero que traslada a su equipo de colaboradores en la intención que ellos sumen esfuerzos para conformar y construir el escenario deseado, obtener los resultados del cual todos disfrutaremos y consolidando con ello el objetivo al cual todos llegaremos, entendiéndose este reiterativo “todos” como el elemento primordial del beneficio esperado como trascendencia precisa de lo que anhelamos de nuestra visión, tomando en cuenta que dicha visión no deja de ser un elemento inspirado por el reflejo futuro y optimista de lo que se espera y en la cual comulgan emociones, valores y deseos pero que solo puede ser lograda si sencillamente hacemos lo que hay que hacer, siendo este un trabajo intransferible por parte del Líder.

Ahora bien, dentro del marco de la Visión el Líder debe tratar de enfocar su sueño y percepción interna de lo que desea y como lograrlo teniendo claro algunos elementos como los que les menciono a continuación: ¿Con que se cuenta?, ¿qué pretende lograr?, ¿qué competencias posee?, ¿qué hay que hacer?, insumos y productos requeridos, entre otras ponderaciones. Asimismo, es bueno considerar que muchos autores expresan que el hecho de generar y producir la visión de lo que se quiere o aspira es un concepto solamente exclusivo del manejo y acción del líder, sin embargo y respetando sus posiciones, nuestro pensamiento y espectro se caracteriza por la amplitud de expresar que todos somos líderes y por lo tanto capaces de generar y consolidar la visión de lo que esperamos y deba ser nuestro logro de vida o profesional. Es así, que la Visión del Líder debe estar aderezada por constantes retos de carácter proactivo, de inspiración hacia la acción y de total inspiración que implique obtener el sumo que significa alcanzar lo mejor de uno mismo conectándonos emocionalmente con la tarea que tendremos por delante y llevándonos a niveles insospechados que nos infundan a construir desde una pared hasta un rascacielos.

A todos los efectos  hay que entender que una buena visión se convierte en un abierto desafío a un cambio deseable y posible, se nutre de detalles, emociones y hasta de colores pero aportando un foco claro y único que contextualiza la meta a consolidar concentrando todos los esfuerzos en el objetivo deseado, brindando luces sobre el camino a recorrer para lograrlo, una buena visión siempre estará alineada a los valores y metas humanas, personales, profesionales u organizacionales, no deja de ser realista y debe partir de las experiencias sin perder su carácter estimulante como quien enfrenta un gran reto.

Recuerda, tu Visión será la brújula en lo que proyectes realizar pero no dejes de complementarla con un buen mapa que te indique y haga visualizar un modelo de trabajo que instruya y guie a tus colaboradores de cómo y cuál será la ruta a transitar para convertir esa visión en una realidad que va desde el hoy hasta el futuro deseado y que se traduzca en una estrategia viable y realista que aquilate nuestro desempeño gerencial. No lo Olvides.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.

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Carlos O. Delgado C.

CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"

23 de Julio de 2018

Boletín No.320

Un Año más, un día más, un día menos...

Venezuela No lo Olvides… Es Urgente Reilusionarnos como País.

Para un Líder un Director o un Gerente es vital reconocerse también en lo que compete al recurso del tiempo, en la evolución y trascendencia de sus acciones las cuales ameritan que realice una detallada evaluación y seguimiento de las decisiones que ha tomado y que generan impacto e influencia en su quehacer personal y profesional. Todo lo que hagas cuenta para bien o para mal, para ser potenciado, reformulado o renovado y muchas veces desechado, pero teniendo en cuenta la firme convicción que cualquier tarea que inicies debe ser finalizada y siempre orientada para ser optimizada. Esta reflexión se produce en un momento cuando Dios me otorga la oportunidad de entrar en el ciclo de vivir un día más, cuando se cierra la puerta de un año vencido y se apertura la que corresponde a 365 nuevos días, si, hoy cumplo años pero también no es menos cierto que hoy es un día menos en lo que conforma mi quehacer humano y mi paso terrenal, ante lo cual considero que debo expresar y dejar siembra de las mejores virtudes y ejemplos recibidos en mi trayecto de existencia en honor a todos aquellos que han construido mi personalidad. Si desde ya empezáramos a entender que cada día es un día menos nuestra visión de la vida estaría orientada a realizar y exponenciar nuestras mejores ideas, a generar respuestas en vez de crear preguntas que no conducen a nada, a vitalizar hombres y mujeres para llevarlos al nivel superior que implica la excelencia, a conducir equipos, organizaciones e instituciones a la proactividad y la generación de soluciones en vez de esperar instrucciones u órdenes que simplemente pudiesen salir de su intelecto proyectando su capacidad y talentos en beneficio de un colectivo.

Es así que el liderazgo debe construirse en la intención de entenderlo como un día menos para que hagas más, un día menos para que crees más, un día menos para que seas mejor en función de tus liderados, un día menos para que te formes y proyectes más en razón de la ruta que debes marcar y diseñar con paciencia y excelencia generando el camino que los tuyos deben transitar. Vivir tu acción como si fuera un día menos te dará la capacidad de muchas veces darte cuenta que el tiempo se agota como la batería de tu móvil y debes recargarlo haciendo crecer a los que acompañan tus días en la sana intención que absorban de ti lo mejor y puedan continuar sin tropiezos la obra por ti iniciada estés o no a su disposición porque son ellos los que construirán tu legado así como la secuencia y continuidad del camino trazado, solo así recargaras tu tiempo multiplicándote en tus colaboradores bajos las líneas y estrategias marcadas por ti.

Ante lo expresado es empoderante sentirse agradecido, es esencial dar las gracias y es renovador decirles gracias, porque un Líder, un Director o un Gerente no es absolutamente nadie sin los suyos, no logra nada sin la mano amiga ni el apoyo de sus afectos más nobles, no es dueño de ninguna verdad si alguno de sus colaboradores no cree en ella, por eso debe manejarse como si el tiempo se agotara para infundir a los suyos la voluntad y el esmero de seguir su camino y ese es un gran motivo para estar agradecido que tu obra no se detenga y que a pesar de ti se concluya con fortaleza y éxito.

Un Líder. Un Director o un Gerente, ve con beneplácito los días otorgados a su vida para formalizar su creación, para darle brillo y vida a su obra pero siempre tiene presente que algún día entregará el testigo a los colaboradores que ha tenido a bien formar, por eso, es fundamental que conceda y divulgue su conocimiento e ideas para que estas presten el buen servicio que implica dar la mejor versión de sí mismo, generando crecimiento, renovando actitudes y sobre todo consolidando su permanencia en la fe y los corazones de los que creyeron y creen en su capacidad y talento. No lo Olvides.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.

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Carlos O. Delgado C.

CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"

09 de Julio de 2018

Boletín No.319

Un Líder al Rescate...

No lo Olvides… Es Urgente Reilusionarnos como País.

Para un Líder un Director o un Gerente es vital reconocerse como el individuo que lleva sobre sus hombros las directrices, la responsabilidad, el bienestar, el control, las relaciones y los objetivos en la organización, de su personal y del entorno gerencial que le corresponda. Ante tal panorama que lo enmarca en todo el ámbito de compromiso que le toca asumir es indiscutible que es el líder el que alimenta, fomenta y proyecta los valores de la organización, por ello, ante situaciones difíciles como la perdida de estos elementos es la persona llamada a rescatar los pilares fundamentales que le dan sostén y estabilidad al proyecto que tenga a bien liderar.

Pero no solo se trata de valores, se trata también de rescatar el compromiso que sientan sus colaboradores cuando este merma por falta de actitud y de ejemplo de quienes son los llamados a cultivarlo y fomentarlo, por eso, el líder se reconoce y trasciende por sobre los demás, porque precisamente es quien debe hacer sentir su presencia con el ejemplo y sus connotadas virtudes para llenar los espacios que permitan evidenciar la forma de hacer bien las cosas, elevar el espíritu, redimensionar la actitud y potenciar el autoestima de forma que cada hombre o mujer que integre el equipo nutra su trabajo con fortalezas que superen las excusas, los horarios y las distintas deficiencias que se puedan encontrar para convertirse en seres que generen soluciones donde no existen o sean creadores de nuevos caminos que les dirijan al anhelado logro de los objetivos programados. 

El Líder tiene que estar pendiente de los pilares de la organización y su entorno, es el guardián y custodio de la responsabilidad, la disciplina, el compromiso, la vitalidad y el engranaje que implica mantener todo a tono para el concebido logro, como también, de la excelencia que se espera tanto en lo personal como en lo profesional de cada uno de los integrantes de su equipo y potencialmente de el mismo, en virtud de ello, es el primero en salir y lanzarse al ruedo al momento de rescatar todo elemento que pueda hacer que las cosas no funcionen debidamente. Es así, que el líder tiene que mantener una constante interacción con su equipo no solo en el plano laboral sino también en el plano de su conexión espiritual buscando siempre enmarcado en el respeto la máxima confianza posible que le permita determinar en algún momento la preocupación y desconexión con los objetivos o deficiencias de carácter humano que puedan afectar a alguno de sus colaboradores en la consolidación de actividades que pudiesen ser de carácter primordial para la organización, por eso, un líder rescata al humano que comparte su quehacer y compromiso diario, no le abandona y por el contrario se involucra de forma tal que su colaborador sienta el respaldo, el apoyo y cooperación de quien desea lo mejor para él, como también, para su crecimiento y  desarrollo en el área que ocupa y labora.

Un Líder, un Director o un Gerente es para los suyos el magno ejemplo, la pulcritud y la enseñanza, el amigo y compañero, la mano dispuesta y la mente abierta, los mejores oídos y el apreciado maestro, pero sobre todo, es el ser con el que cada uno cuenta a la hora de la dificultad bien entendida, es el ser más esperado al momento que peligren los pilares y fundaciones de un proyecto o una organización porque todos saben que él es capaz de rescatarlos ante el inminente riesgo y como una buena película de vaqueros llegará siempre con la caballería al anhelado momento del rescate. Por eso, fórmate, cultívate y desarrolla la capacidad de saber cómo y cuándo rescatar a los tuyos, ya sea que la sociedad, el entorno o las personas pongan en peligro las simientes y las bases de lo que tanto trabajo te ha costado crear. Prepárate para Rescatar a los tuyos a través del buen ejercicio de tu Liderazgo. No lo Olvides. 

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.

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Carlos O. Delgado C.

CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"

02 de Julio de 2018

Boletín No.318

Decidiendo en lo Imponderable...

No lo Olvides… Es Urgente Reilusionarnos como País.

En la vida personal y profesional de un Líder, un Director o un Gerente existen situaciones, procesos, acciones y decisiones que deben asumirse y tomarse con el carácter inesperado con el cual es posible que sucedan y que indefectiblemente obligan a formalizar una eventual toma de decisión que va acompañada con ingredientes de experiencia, habilidades, incertidumbre, confusión y otros añadidos que en todos los casos requiere del factor constante que implica decidir sobre el repentino tema.

Entendemos por Imponderable aquello que sucede de forma inesperada e inevitable y que tiene consecuencias que no se pueden conocer o precisar. En nuestro mundo nos vemos sometidos de alguna forma a situaciones u eventos que suceden y afectan de forma tan rápida e imprevista que cabe dentro del concepto plasmado. Sin embargo ¿Qué podemos hacer para tomar la mejor decisión? Lo primero que debemos entender es que no existen recetas, que la acción y la calidad de tu decisión estará determinada inicialmente por los factores exógenos que la integren, como las amenazas a tu entorno, a como fue formulada la situación, a las características graves, violentas o intempestivas de la misma que entre otros factores te llevaran a la acción humana de decidir sea esta en forma radical, mesurada o estable y donde obviamente se busca que prevalezca tu ecuanimidad, experticia, conocimientos y experiencias para obtener tu mejor accionar. Sin embargo en todo esto no podemos desvincularnos de nuestra esencia humana y de cómo se encuentre para ese momento nuestro espíritu, nuestra estabilidad relacional con el entorno y con esa paz interior que debe gobernar nuestro ser, siendo estos factores que no se observan de manera tangible pero que están presente más de lo que imaginamos generando con ello que podamos emitir las respuestas más alocadas o precisas ante la aparición de un imponderable.

Ante tal situación es necesario que asumas este panorama con los mejores instrumentos que poseas en tu caja de herramienta gerencial para salir adelante y de la forma más impecable que sea posible, para ello no te dejes llevar por el ímpetu, evita el carácter colérico y calma tu pasión, evita la confrontación de ser necesario y enciérrate en un momento de meditación, encuéntrate con lo mejor de ti y luego decide, pero tomando como baremos a tu experticia, tu visión, tus valores, tu sentimiento, tus objetivos y la trascendencia que puedas pretender con tu decisión recordando que también serán tuyas las consecuencias que se obtengan. De igual forma, no descartes el cometer errores, no te sientas culpable por ellos y asúmelos con el rigor de la entereza, total también fueron tuyos y debes generar los mecanismos para revertir u optimizar lo decidido.

Cuando sucede una situación u evento imponderable se trata de asumirlo en toda su extensión, toma en cuenta que son imprevistos, inesperados, repentinos y por ello no escapan de entuertos decisorios que luego deban ser revertidos, optimizados u modificados en su totalidad, pero entendiendo de igual manera que a la hora de tomar decisiones lo que debe pesar no es la ley del más fuerte sino la fuerza de los argumentos que lo sustenten.

Finalmente, ante una decisión motivada por un elemento Imponderable y de no sentirte seguro sobre qué acción tomar no olvides que tienes la capacidad de modificar tu trayectoria ganando tiempo mientras exiges más datos u asesorías al respecto, asumiendo esta ruta como un mecanismo de defensa gerencial. Eso sí, no tengas miedo de tomar una decisión que te acerque al objetivo que pretendes por más imponderable que este sea, siempre será mejor seguir en clara avanzada que estancarse ante la incertidumbre de no decidir para luego enfrentarse al dolor gerencial de expresar “que hubiese pasado si lo hubiera hecho…” Por tanto convierte lo imponderable en una escuela de aprendizaje que te ayude a perfeccionar el arte de decidir.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.

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Carlos O. Delgado C.

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