26 de Junio de 2017
Boletín No.286
Conflictos en Positivo...
En
la vida no siempre se cumple ese adagio popular que expresa “hablando
se entiende la gente” y no crean que
en
muchos casos a todos no nos faltan ganas de explotar o
mandar a la estratósfera a quien por alguna situación se contrapone a nuestra
opinión, pensamiento u actuación. Ahora, y apartando esas palabras salpicadas
de catarsis
emocional, lo
cierto es,
que
eso es lo que debe evitarse, es donde no se puede llegar y lo que
generalmente si no se detiene genera consecuencias altamente adversas,
irreconciliables y nocivas que fracturan las bases de
cualquier relación humana y obviamente las que aplican al plano
profesional.
Sentarse
con el adversario es lo primero que debes buscar hacer, si
en realidad ameritas resolver o detener un conflicto, conózcanse, visualicen
sus capacidades y talentos, midan hasta
donde pueden llegar o hasta donde es posible resolver alguna problemática planteada,
eso sería
lo ideal, sin embargo, no pierdas de vista estos movimientos estratégicos que
son vitales para resolver conflictos y que ahora te indico: No intentes evitar
el problema. Resuélvelo. Si lo vas resolviendo a
medida que se va originando, eliminaras futuras causas de conflicto. Asimismo,
comienza identificando tu propia reacción instintiva ante un conflicto. Lo
puedes hacer pensando en cómo has gestionado un par de situaciones conflictivas
anteriores, siendo sincero en la valoración. En cuanto sepas el anterior paso y
seas consciente de como actúas, aborda
las nuevas situaciones difíciles con respeto y
calma
mostrándote
amable con la otra persona y escuchando con atención lo que tenga que decir. El
hecho de que asuma una postura diferente a la tuya no
significa que sea agresiva o negativa. Recuerda exponer los hechos y establece
aquellos puntos en los que puedes estar de acuerdo. A continuación explora las
distintas alternativas a tu alcance, estableciendo algunos objetivos y plazos
que ambos puedan acordar pero trabajando
sinceramente en cumplirlos. Date el permiso y busca que tu contrario así lo internalice,
desarrollen en la medida que avancen un vínculo entre
ustedes que inspire mutua confianza, entendimiento y comprensión, facilitando
la posibilidad de abordar cualquier problema que aún puedan tener a fin de
solucionar el conflicto.
Es importante que trates hasta la saciedad de evitar
la confrontación y solo concéntrate en el asunto a resolver, no en la persona.
Esto evitará que un problema simple acabe en una acalorada discusión. Por ello,
no olvides que la vida está llena de conflictos, entendiendo de forma esencial
que realmente lo que nos afecta no es lo que sucede, sino cómo reaccionamos a
ello.
Debemos tener
presente que cuando aprendemos a resolver efectivamente las complicaciones que se nos presentan, nos
sentimos mejor con nosotros mismos
y mejoramos en nuestras
relaciones personales y organizacionales. Es así, que nuestro entorno se
agiliza para que podamos llegar a obtener lo que buscamos ya sea en el plano
personal, familiar o laboral, sin descartar con madurez y conciencia la posibilidad
de solicitar y/o requerir de ayuda externa
especializada si nuestras capacidades en este sentido se ven limitadas. Asume
la premisa que los conflictos deben quedar subsanados para ambas partes, porque
cuando se satisface solamente la necesidad de una persona
o parte,
el conflicto no queda resuelto, la discusión continua y el problema se
profundiza.
Finalmente,
visualiza el carácter positivo del conflicto y su acertada resolución ya que
estos pueden ser considerados como necesarios a fin de poder avanzar, crecer y
sobre todo mejorar humana y profesionalmente. Utilízalos como maestros y crea
oportunidades que te inviten a salir de tu zona de confort para poder entender
otros puntos de vista y expandir tus pensamientos y conocimientos.
Carlos O. Delgado C.
CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.