10 de Julio de 2017
Boletín No.287
Formación, Misión, Visión y Compromiso ante Todo...
En
días pasados, me correspondió junto a un grupo de colaboradores vivir una
situación aleccionadora y de carácter correctivo que debía aplicarse a una
persona de nuestro equipo. Es así, como se procede a interactuar con la persona
en cuestión en la intención de hacerle comprender su mala actitud e incorrecto
proceder para con los miembros que conforman la organización y como esa misma
actitud y ese accionar desfavorable repercutía y agredía a lo que representan
las bases que sostienen a dicha organización, influyendo negativamente en sus
integrantes, en el clima organizacional
y en
el desempeño de sus distintas actividades. Visto eso, y
más allá de lo planteado, en lo personal quedo en mí la conflictiva sensación
de saber si esta persona en realidad estaba preparada para ejercer y
consustanciarse con la misión y visión de la organización, si verdaderamente
conocía e internalizaba para que fue convocado a formar parte de sus filas, si
conocía con certeza que somos como organización o si realmente estaba ubicado
en el contexto y espacio que implicaba su desempeño. Como Gerente,
lamentablemente tuve que asumir que la persona en cuestión no estaba con
certeza y de convicción con nosotros, que vivía pero no convivía con nuestra
idiosincrasia organizacional, que no comulgaba sinceramente con nuestra misión
y visión, que a pesar de sus talentos y capacidades solo se limitaba a existir
entre nosotros sin ser parte de los nuestros.
Estos
conceptos que suenan rudos o no tan sutiles me impactan y debe impactarlo a
usted cuando conduce hombres y mujeres a nivel organizacional y aunque
pudiéramos decir o inculpar en que no se evaluaron los procesos sistémicos que
implicaron su ingreso, debemos asumir que existe y se genera una falla del
tamaño del cielo cuando un individuo no está ubicado en el contexto del qué y
para que coexiste en nuestras áreas de desempeño, por eso, y en aras de evitar
o solucionar este tipo de incidentes, la organización debe crear elementos
formativos de inducción en todos los niveles que sean efectivos, que motiven y
engranen movimientos internos en el individuo que le permita internalizar y
comprender porque son importantes para el desarrollo de las actividades, porque
debe adaptarse o porque no debe asumir responsabilidades que de alguna manera
afectarían su desempeño o su record profesional, retirarse por la puerta
grande, o empoderarse con toda la capacidad que pueda desarrollar, pero en todo los casos, asumir es la premisa.
Otro
elemento vital, para minimizar o erradicar estas situaciones está orientado
al modelado constante del individuo, la
formación, la palabra orientadora, la inducción potencial que lo ubique en el
porqué de su existencia en la organización y que dirija a la persona a
comprender en todas sus letras si verdaderamente esta ganado a llevar las
riendas de su vida en el medio confiado para su desempeño, todo ello, en lo que
respecta a su desarrollo personal, profesional, interactivo y de clima
organizacional que establezca en su radio de acción.
No
descanses
en la formación de tu gente, no descuides los detalles o las alertas que puedan
generarse en el desarrollo y actitud del equipo, conversa e interactúa con
ellos en el plano humano desprendiéndote del estatus organizacional, genera
cercanía pero sin olvidar el respeto, genera empatía, conexión y engranaje sin
obviar el rigor de la disciplina, y la estructura que implica la misión y
visión de la organización, para lograr al fin,
mejores hombres y mujeres que acompañen tu gestión.
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
Carlos O. Delgado C.
CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"