domingo, 9 de julio de 2017

  10 de Julio de 2017

Boletín No.287
 
Formación, Misión, Visión y Compromiso ante Todo...
 
En días pasados, me correspondió junto a un grupo de colaboradores vivir una situación aleccionadora y de carácter correctivo que debía aplicarse a una persona de nuestro equipo. Es así, como se procede a interactuar con la persona en cuestión en la intención de hacerle comprender su mala actitud e incorrecto proceder para con los miembros que conforman la organización y como esa misma actitud y ese accionar desfavorable repercutía y agredía a lo que representan las bases que sostienen a dicha organización, influyendo negativamente en sus integrantes, en el clima organizacional y en el desempeño de sus distintas actividades. Visto eso, y más allá de lo planteado, en lo personal quedo en mí la conflictiva sensación de saber si esta persona en realidad estaba preparada para ejercer y consustanciarse con la misión y visión de la organización, si verdaderamente conocía e internalizaba para que fue convocado a formar parte de sus filas, si conocía con certeza que somos como organización o si realmente estaba ubicado en el contexto y espacio que implicaba su desempeño. Como Gerente, lamentablemente tuve que asumir que la persona en cuestión no estaba con certeza y de convicción con nosotros, que vivía pero no convivía con nuestra idiosincrasia organizacional, que no comulgaba sinceramente con nuestra misión y visión, que a pesar de sus talentos y capacidades solo se limitaba a existir entre nosotros sin ser parte de los nuestros.

Estos conceptos que suenan rudos o no tan sutiles me impactan y debe impactarlo a usted cuando conduce hombres y mujeres a nivel organizacional y aunque pudiéramos decir o inculpar en que no se evaluaron los procesos sistémicos que implicaron su ingreso, debemos asumir que existe y se genera una falla del tamaño del cielo cuando un individuo no está ubicado en el contexto del qué y para que coexiste en nuestras áreas de desempeño, por eso, y en aras de evitar o solucionar este tipo de incidentes, la organización debe crear elementos formativos de inducción en todos los niveles que sean efectivos, que motiven y engranen movimientos internos en el individuo que le permita internalizar y comprender porque son importantes para el desarrollo de las actividades, porque debe adaptarse o porque no debe asumir responsabilidades que de alguna manera afectarían su desempeño o su record profesional, retirarse por la puerta grande, o empoderarse con toda la capacidad que pueda desarrollar,  pero en todo los casos, asumir es la premisa.

Otro elemento vital, para minimizar o erradicar estas situaciones está orientado al  modelado constante del individuo, la formación, la palabra orientadora, la inducción potencial que lo ubique en el porqué de su existencia en la organización y que dirija a la persona a comprender en todas sus letras si verdaderamente esta ganado a llevar las riendas de su vida en el medio confiado para su desempeño, todo ello, en lo que respecta a su desarrollo personal, profesional, interactivo y de clima organizacional que establezca en su radio de acción. 

No descanses en la formación de tu gente, no descuides los detalles o las alertas que puedan generarse en el desarrollo y actitud del equipo, conversa e interactúa con ellos en el plano humano desprendiéndote del estatus organizacional, genera cercanía pero sin olvidar el respeto, genera empatía, conexión y engranaje sin obviar el rigor de la disciplina, y la estructura que implica la misión y visión de la organización, para lograr al fin,  mejores hombres y mujeres que acompañen tu gestión.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
Carlos O. Delgado C.
CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"