domingo, 17 de julio de 2016


18 de Julio de 2016
Boletín No.256

 
Compromiso Gerencial…

¿Qué es compromiso? ¿Cómo sabes que estás comprometido? ¿Con qué o quién estás comprometido? ¿Qué diferencias observas cuando estás comprometido a cuando no en tu manera de pensar, sentir o actuar? ¿Qué influye en que estés comprometido o no? ¿Qué tendría que pasar para que pudieses comprometerte aún más? Estas preguntas nos invitan a pensar sobre un tema muy importante dentro del mundo organizacional pues el nivel de compromiso de las personas con la organización impacta de manera directa en su puntualidad, asistencia, dedicación, calidad de los resultados, permanencia en la organización, servicio al cliente y en definitiva en la rentabilidad del negocio. Basado en la revisión de varios autores, podemos decir que el compromiso es el grado de identificación, de entrega y de participación de una persona en una organización, grupo, proyecto o idea. Por lo tanto, el compromiso organizacional va más allá de la lealtad y llega a la contribución activa en el logro de las metas de la organización. 

El compromiso es una actitud hacia el trabajo que refleja el acuerdo del empleado con la misión y las metas de la empresa, su disposición a entregar su esfuerzo a favor del cumplimiento de éstas y sus intenciones de seguir trabajando en la institución. De acuerdo con los especialistas Meyer y Allen, existen 3 componentes en el compromiso:
El Afectivo: quiero estar aquí, estoy orgulloso de pertenecer y me identifico con los valores, misión y visión de la empresa. Siento afecto y apego, estoy satisfecho psicológicamente.
El Normativo: quiero retribuir por lo que me pagan y recibo de la organización, siento una deuda moral por haber recibido una oportunidad o recompensa que fue muy valorada por mí.
De continuidad: vale la pena seguir aquí, tengo futuro aquí, he invertido tiempo, dinero y esfuerzo e irme implicaría perderlo todo, tengo pocas oportunidades afuera.

Nuestro compromiso es una combinación de los 3 componentes, en diferentes grados y puede fluctuar según el momento en que estamos viviendo. Lo más importante es que podamos identificar y reconocer el nivel de nuestro compromiso con nuestro equipo, objetivos, organización y en qué se fundamenta, qué lo refuerza y qué lo debilita. Profundizando en lo anterior, podemos concluir que el compromiso es una decisión personal y que el rol del Líder, Director o Gerente es estimular a que sus colaboradores decidan fortalecer esa decisión. ¿Por qué esto? Porque el gerente es el representante de la organización ante el colaborador, es el medio a través del cual se canalizan sus necesidades y oportunidades. Cuando alguien decide renunciar, le renuncia al “Jefe” no a la organización en virtud que su relación empática con este individuo no le permite satisfacción, crecimiento, expansión y valoración. 

Vale la pena invertir en el compromiso propio y de otros, una vez que eso se logra lo demás viene solo pues el motor de la pasión, entrega y confianza está encendido. La vida se vuelve más plena y satisfactoria, las relaciones se fortalecen y los resultados superan las expectativas. Es por ello que bien certeras son las palabras de Juan Pablo II cuando expresa que,  “El compromiso es la respuesta valiente de quienes no quieren malgastar su vida sino que desean ser los protagonistas de su historia personal y social

(*) Gracias a Liliana Tonitto, Consultor de Forja Internacional por permitirme a través de la expresión Web entregarles estos conceptos (http://www.forja.com/blog/liderazgo/sobre-el-compromiso-gerencial-2/)

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual. 
 
Carlos O. Delgado C.
CEO de Liderazgo en tu Día & Management Trainer

martes, 5 de julio de 2016


05 de Julio de 2016
Boletín No.255

 
Don Quijote, también fue Gerente…

Caminando por el diario paseo que realizo por las Redes Sociales de donde también fluyen constantes inspiraciones, me encuentro con un bello fragmento de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes que todavía a sus cuatrocientos años de escrito sigue nutriendo todo tipo de disciplinas, actividades y conceptos. El famoso y denominado “Manco de Lepanto” nombrado así por su dificultad de movilizar su mano izquierda nos regala este singular pasaje: 

“Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén”. Miguel de Cervantes. “Don Quijote de la Mancha”.

Que real y trascendente para la vida este pequeño inciso que nos regala el Quijote de múltiple aplicación a nuestra vida personal y profesional y que hoy les transformo en una enseñanza de aplicación gerencial. Un Líder, un Director o un Gerente no puede dejar de valorar el día que el Creador le entrega para hacer y desarrollar, no puede permitir que su tiempo se convierta en inocuo, no puede dejarse vencer por los obstáculos que esencialmente se ubican en nosotros mismos y que se sostienen en el sí o en el no de una decisión que debe nutrir con las asesorías necesarias para poder tomarla con inteligencia y sabiduría, y con ello, aplicarla a su exigencia o quehacer diario.  Asimismo, Un Líder, un Director o un Gerente lucha por su sana convicción, por defender lo que cree, no se detiene ante el poder, solamente lo respeta pero mantiene incólume su parecer y conceptos no dejando de escuchar a su entorno para nutrirse de lo mejor. 

Un Líder, un Director o un Gerente vive y reconoce su equivocación, la asume y la traduce de inmediato a la mejor oportunidad posible para consolidar el logro de su objetivo, obviamente es fácil equivocarse, pero también, debe procurar remontar la cuesta del error con la actitud positiva que merecemos y que debemos brindar a nuestro equipo, no olvides que somos su ejemplo. Tampoco olvidemos que somos humanos y con ello se incluye un paquete de emociones y sentimientos que conforman nuestra vida. Nutre y ejercita tu espíritu y tus virtudes  para que el rencor y la soberbia no capturen ni tu vida ni tu actividad profesional, de corazón, no vale la pena llevar encima un saco de basura que solo dañara tu espíritu, por el contrario, inmuniza a tu persona de esos virus de la vida. Ocúpate de mejorar cada día en lo personal y en lo profesional sin caer en excesos que opaquen otros aspectos de tu vida, que le resten el tiempo a tu descanso, al compartir, a la familia y al sano esparcimiento. Un Líder, un Director o un Gerente busca siempre actuar con justicia para consigo mismo pero jamás olvida hacerlo para con los suyos, enseña, comparte, edifica, construye en el otro, marca e inspira la diferencia entre lo bueno y la excelencia, hace el bien con hechos y palabras para que su entorno y su equipo crean en él y mantengan su confianza, no critica ni juzga solo motiva y corrige con firmeza, ejemplo y sana formación.

Amigos(as) aprendamos de todo lo que rodea nuestra Vida, tanto así, que Don Quijote a través de Sancho Panza nos brindó la lección gerencial de esta semana, ¿quién lo diría? Por ello, siempre apertura tu mente al buen conocimiento y a la grata enseñanza, eso es un principio gerencial que todos los días se renueva, se cultiva y debe escribirse.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual. 

Carlos O. Delgado C.
CEO de Liderazgo en tu Día & Management Trainer