domingo, 25 de abril de 2021

 

26 de Abril de 2021 - Boletín Nro.396


Y que Vaina con eso de ser el Ejemplo... 

"Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País"

Una de las cosas que más se vierten en cada libro, en cada palabra, charla o conferencia e inclusive en los Boletines que hemos compartido con ustedes es la exigencia que se le hace al Líder, al Director o al Gerente en ser un Ejemplo de quienes por condición pasan a ser los colaboradores o liderados en el ámbito de cualquier actuación, y es que nos encontramos con gran cantidad de tópicos que se plantean cuando de hablar de ejemplo se trata. Es así que el ejemplo pasa por valores y premisas fijadas en la mente de cada quien. Que si el líder debe estar casado, poseer familia, que no debe divorciarse, de actitud y comportamiento impecable, un ser humano ecuánime, inalterable ante las crisis, proactivo ante la injusticia, garante y responsable de cada uno de sus seguidores y colaboradores. Un ser que no se molesta y que es profundamente reflexivo y proclive a brindar su consejo y sabiduría, ni hablar de tener algún problema familiar o laboral, porque si no sabe liderar su casa o su oficina y se le insubordina la vida mucho menos podrá hacerlo con los demás y como estos mil y un cuento de nunca acabar.

Somos seres hechos para la exigencia sobre todo a los demás, muchas veces adictos a buscar la deficiencia en los otros, cuando en realidad debemos entender que todo empieza en nosotros, en ti o en mi porque el liderazgo y su ejercicio empieza en la vida que nosotros procuremos darnos y en el espacio que de ella compartamos con los demás. Es por eso, que encontramos muchos elementos sociales denominados líderes que tienen vidas personales despedazadas y son efectivos en otras áreas profesionales, son ejemplo de conducta y responsabilidad en sus espacios de interacción con sus seguidores y sin embargo tienen serias problemáticas personales que no limitan sus capacidades y buenas practicas. Es decir, encontramos de todo en la viña del Señor como reza el refranero popular, por eso también podemos observar casos contrarios, seres inmaculados con grandes conflictos que se revierten negativamente en sus distintas acciones para con su equipo, familias y la misma sociedad. A tales efectos, ¿qué nos queda?, ¿qué podemos hacer?

Yo diría que ser auténticos, originales, humanos. Aceptando cada error y cada falla sabiendo que todos los días mejoramos y podemos cultivar nuestra personalidad e intelecto, que cada día aprendamos a ser mejores, colocando cada cosa en su sitio y espacio, a buscar la excelencia y no la falsa pulcritud de acciones que se traducen en hipocresía. Es mejor que me conozcan como soy, como realmente somos, salpicados de manchitas negras como los dálmatas porque todos las tenemos, nadie es perfecto, solo Dios y estamos por ende muy distantes de ser como él. Por lo tanto un Líder, un Director o un Gerente no es más que un ser humano revestido de una autoridad conferida a su persona por la confianza que sienten otros en el hecho de saber que bajo su conducción los objetivos se van a lograr y esto vale para la Vida Personal y Profesional pero por separado. Porque aunque estas se interrelacionan y producen estabilidad espiritual y emocional no siempre van de la mano, puedes ser brillante en una y deficiente en otra. Ahora, lo ideal sería que fuéramos impecables en ambas. Si lo logramos es realmente un exitazo.

En lo Humano y Profesional solo puedo decirles, que apostemos a la grandeza entregando lo mejor de nosotros al mundo lo cual nos revestirá del mejor ejemplo, recordando aquella célebre frase que dice “No hagas lo que Yo Hago Haz lo que Yo Escribo” entendiendo que de igual forma lo mejor de mi está puesto en cada letra que hoy te puedo obsequiar. Tenlo Presente.

Carlos O. Delgado C.
Management Trainer 
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
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