18 de Marzo de 2019
Boletín No.343
Blackout...
Un
Líder, un Director o un Gerente, no está exento de entrar en periodos de
carente luminaria, de falta de creatividad e inclusive de poco aporte en
relación a los niveles de solución que se esperan de él, sin embargo, actuando
con la concebida inteligencia y sabiduría puede sobreponerse al blackout
de inspiración que en algún momento le puede sobrevenir entendiendo
primeramente su carácter humano y segundo asumiendo que no es el dueño de la
razón y que por tanto necesita de apoyos y asesorías que le pueden potenciar en
esos instantes oscuros de su quehacer profesional.
Esta
situación existe y se observa más de
lo que pensamos, es por ello que se hace vital rodearnos de personas que sumen
y no resten, que inspiren confianza en sus acciones y decisiones, y que estén
dispuestas a contribuir con sus aportes en las distintas circunstancias que
pudiesen mermar las capacidades del líder. Ante esto, no es descabellado que
una de las primeras tareas en las que debe invertir su tiempo un liderazgo
eficiente es en la conformación de un verdadero equipo que en algún instante
le corresponda asumir con entereza el control de los niveles de liderazgo,
todo ello necesario para lograr los objetivos y así
poder consolidar
estrategias y soluciones optimas que se traduzcan en éxitos para la organización;
estrategias y soluciones obviamente inspiradas por su
líder pero llevadas a cabo por conocimientos diversos
que
solo están unidos
por el criterio claro de quien los ha conformado.
Es
así,
como orientados al logro se llega a superar los blackout
gerenciales que de vez en cuando pueden trastornar la productividad humana,
profesional y organizacional, contrarrestándose este efecto
mediante el reconocimiento por el valor del otro, delegando,
generando empatía y confianza, permitiendo y facilitando el sincero aporte, sin
egoísmos de ninguna especie y esencialmente enfrentando nuestras
limitaciones humanas que muchas veces se imponen sobre los aspectos que puedan
rodear a la organización y como fin último a los objetivos que en ella se
persigan.
Reconocer que
en algún momento el líder es susceptible de opacarse, de retraerse, de perder
la musa por periodos de tiempo, ya sea por condición humana o simplemente
porque necesita renovarse y encontrarse consigo mismo se
hace importante en función del equipo que le acompaña a fin de evitar la
incertidumbre que en la conducción del mismo pueda generarse. Por ello, es
fundamental que construyamos un equipo poderoso que
posea excelentes capacidades, con inspiración y mucha actitud, para
que asuma un rol de liderazgo que permita
respaldar al líder ante cualquier revés.
Entiendan,
la
directrices siguen, el liderazgo permanece, los objetivos se alcanzan y los
éxitos se logran, porque ante un blackout
del liderazgo formal cualquier elemento formado por este siempre tendrá
la capacidad
y
el deber de consolidar los objetivos programados
y con ello la batalla estará ganada. No lo Olvides.
Carlos O. Delgado C.
CEO y Management Trainer de "Liderazgo en tu Día"
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.