domingo, 21 de septiembre de 2014




22 de Septiembre de 2014
    Boletín No. 207
Pedalea…

Estaba viendo el fragmento de una película donde una niña se encontraba muy triste y frustrada por no saber montar bicicleta, hasta que otro niño le brindo su ayuda y le dijo “voy ayudarte a tomar el equilibrio, te acompaño un rato y luego pedalea, pedalea y no te detengas, esa es la técnica y veras que pronto dominaras la bicicleta” después de esto, no pude más que evocar recuerdos y vivencias como también situaciones de actualidad que me afectan pero que también incumben en nuestro mundo Gerencial, en nuestro actuar Directivo y que impactan proporcionalmente en la misión de ejercer el Liderazgo.
¿Cuantas adversidades has vivido?, ¿cuantos problemas has confrontado?, ¿cuantos personas esperan de tu palabra?, ¿cuantas decisiones dependen de tu opinión? o sencillamente ¿cuánto esperas tú de ti? 

Estas serían solo algunas de las miles de preguntas que una persona que ejerce la noble misión de servir mediante el ejercicio de la Dirección de Organizaciones y Personas se haría ante la avalancha de situaciones que controladas o no tiene que experimentar diariamente, para ello existe lo que denomino la Introspección del Líder, donde constantemente debes buscar la ecuanimidad, el control y la estabilidad emocional, los asesoramientos vitales con personas que garanticen la experiencia, la visión y la proyección positiva de lo que se busca alcanzar, no puedes dejar de documentarte, de leer y escudriñar la información que genere el movimiento neuronal que amplíe el espectro de tus ideas, sin embargo, reitera la búsqueda de un minuto contigo y encuentra en ti en ese banco de tus acciones y vivencias respuestas que casi seguro hallaras, rodéate de la sinceridad que trasmite una crítica sana y optimista que potencie en ti un mejor hacer y un menor error esto contribuirá a la seguridad en la toma de decisiones que debas ejercer, solo después bríndate el placer de asumir el control y la responsabilidad de retomar con humildad el liderazgo inmerso en tu quehacer humano y profesional.

Ahora ya estás listo para pedalear, ya tienes el control, sabes montar la bicicleta, asume entonces el reto de no parar, de seguir sin cesar, venciendo obstáculos, generando ideas, quedando solo cuando nadie observa lo que tú ves, encontrando aciertos y mejorando errores que contribuyen a tu crecimiento y aprendizaje, no olvides que alguien te observa, tus cercanos colaboradores, tus liderados, los que confían en ti, los que creen en tu palabra, ellos no necesitan al hombre apagado abrumado por la tristeza de ver la bicicleta en el piso por no saber ni atreverse a montarla sino al que de una sola vez les diga con ímpetu y firmeza ¡anda yo te ayudo¡, ¡párate y pedalea! y luego no pares. 

Ahí empieza la ruta del logro, del éxito y del triunfo y con ello la apertura a nuevos y grandes caminos que debes transitar visionándolos como excelentes oportunidades.

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y un Respetuoso Abrazo Virtual. 

C.E.O / Carlos Omar Delgado Carpio
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