18 de Julio de 2016
Boletín No.256
Compromiso Gerencial…
¿Qué
es compromiso? ¿Cómo sabes que estás comprometido? ¿Con qué o quién estás
comprometido? ¿Qué diferencias observas cuando estás comprometido a cuando no
en tu manera de pensar, sentir o actuar? ¿Qué influye en que estés comprometido
o no? ¿Qué tendría que pasar para que pudieses comprometerte aún más? Estas
preguntas nos invitan a pensar sobre un tema muy importante dentro del mundo
organizacional pues el nivel de compromiso de las personas con la organización
impacta de manera directa en su puntualidad, asistencia, dedicación, calidad de
los resultados, permanencia en la organización, servicio al cliente y en
definitiva en la rentabilidad del negocio. Basado en la revisión de varios
autores, podemos decir que el compromiso
es el grado de identificación, de entrega y de participación de una persona en
una organización, grupo, proyecto o idea. Por lo tanto, el compromiso
organizacional va más allá de la lealtad y llega a la contribución activa en el
logro de las metas de la organización.
El compromiso es una actitud hacia
el trabajo que refleja el acuerdo del empleado con la misión y las metas de la
empresa, su disposición a entregar su esfuerzo a favor del cumplimiento de
éstas y sus intenciones de seguir trabajando en la institución. De acuerdo con
los especialistas Meyer y Allen, existen 3 componentes en el compromiso:
El
Afectivo:
quiero estar aquí, estoy orgulloso de pertenecer y me identifico con los
valores, misión y visión de la empresa. Siento afecto y apego, estoy satisfecho
psicológicamente.
El
Normativo:
quiero retribuir por lo que me pagan y recibo de la organización, siento una
deuda moral por haber recibido una oportunidad o recompensa que fue muy
valorada por mí.
De
continuidad: vale la pena seguir aquí, tengo futuro
aquí, he invertido tiempo, dinero y esfuerzo e irme implicaría perderlo todo,
tengo pocas oportunidades afuera.
Nuestro
compromiso es una combinación de los 3 componentes, en diferentes grados y
puede fluctuar según el momento en que estamos viviendo. Lo más importante es
que podamos identificar y reconocer el nivel de nuestro compromiso con nuestro
equipo, objetivos, organización y en qué se fundamenta, qué lo refuerza y qué
lo debilita. Profundizando en lo anterior,
podemos concluir que el compromiso es una decisión personal y que el rol del
Líder, Director o Gerente es estimular a que sus colaboradores decidan
fortalecer esa decisión. ¿Por qué esto? Porque el
gerente es el representante de la organización ante el colaborador, es el medio
a través del cual se canalizan sus necesidades y oportunidades.
Cuando alguien decide renunciar, le renuncia al “Jefe” no a la organización en
virtud que su relación empática con este individuo no le permite satisfacción,
crecimiento, expansión y valoración.
Vale
la pena invertir en el compromiso propio y de otros, una vez que eso se logra
lo demás viene solo pues el motor de la pasión, entrega y confianza está
encendido. La vida se vuelve más plena y satisfactoria, las relaciones se
fortalecen y los resultados superan las expectativas. Es por ello que bien
certeras son las palabras de Juan Pablo II cuando expresa que, “El
compromiso es la respuesta valiente de quienes no quieren malgastar su vida
sino que desean ser los protagonistas de su historia personal y social”
(*)
Gracias a Liliana Tonitto, Consultor de Forja Internacional
por permitirme a través de la expresión Web entregarles estos conceptos
(http://www.forja.com/blog/liderazgo/sobre-el-compromiso-gerencial-2/)
Dios
les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.
Carlos O. Delgado C.
CEO de Liderazgo en tu Día & Management
Trainer