lunes, 21 de agosto de 2023

 21 de Agosto de 2023 - Boletín Nro.454

Viviendo la Injusticia... 

"Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País"

En días pasados me tocó presenciar “con estos ojos” como dirían los abuelos, el desarrollo de una aberración, una actuación inhumana donde solo importó satisfacer el ego de un “jefe” con nomenclatura en minúscula como se denomina a este tipo de capataces, donde me correspondió ver la actuación de personas que sin ningún criterio solo complacían a un hombre que a través de la fuerza ordenó ejecutar una medida “judicial” sin ninguna orden escrita, sin derecho a la defensa, vulnerando procesos y peor aún, sin el sustento y las bases que implican la doctrina de las leyes que deberían mantener la confianza y la fe de un país y sus habitantes. Nada de eso importó, nada los detuvo.

Ante una situación como esta se confronta al liderazgo, pero no al del ciudadano, que al final de cuentas queda sometido a los designios de un Estado por el uso desmesurado del poder y por los daños e implicaciones con las cuales son capaces de arremeter contra personas que solo les asiste la justicia divina y que quedan vulneradas, mancilladas y afectadas por quienes juraron alguna vez defenderlas y protegerlas. Es así, que el liderazgo también siente dolor y se afecta cuando es mal utilizado, cuando personas que se dicen, se autodenominan o se hacen llamar líderes están al frente de instituciones donde solo se complace, pero no se escucha, donde se dan órdenes, pero no se valoran sus consecuencias, donde no importa a quien se daña si con ello hago sentir el poder que puedo ostentar, donde se trastornan vidas que ni siquiera me preocupo en conocer porque no son del interés de quienes poseen cargos en los niveles donde la decisión pesa y donde, por el contrario, se deberían ejercer acciones y decisiones mejor pensadas, valoradas y sobre todo justas, porque también se supone que ese cargo lo ejerce un líder. 

El liderazgo se cuestiona cuando no se escuchan a las partes, cuando no se valoran las acciones, cuando no se analizan las causas y las consecuencias, se cuestiona cuando no me importa a quienes afecto, sino que la importancia radica en el resultado de lo que aspiro obtener para “quedar bien” ante otros. Lo que sí es cierto, es que actuando así nunca jamás podrás quedar bien ante ti, ante tu espejo, ni ante tu conciencia, y mucho menos ante los tuyos, cuando la aberración es la conducta que marca tus decisiones. Te dirán líder por congraciarse, por ganar prebendas, pero jamás serás reconocido como un líder de nada porque no servirás de inspiración ni de ejemplo para absolutamente nadie. El liderazgo es un elemento sagrado en el quehacer y en el desarrollo del espíritu humano y que enmarca al ejercicio profesional en un individuo y de ahí nacen sus valores y sus principios, porque está sostenido sobre las columnas que hablan de lo mejor que pueda integrar a un ser humano y es por eso que existen muchos presidentes, directores, gerentes, jefes y cualquier calificativo que implique autoridad o el poder de conducir acciones u organizaciones, pero líder en su contexto más puro y noble, es un título que se gana a pulso y que solo se confiere a quienes verdaderamente son reconocidos en valores y sentimientos por quienes se sienten representados, servidos, formados y protegidos por el ejemplo que generan la majestad de sus acciones y no por el servilismo, la humillación y la injusticia hacia cualquier individuo.

Solo hay que esperar con inteligencia y sabiduría, solo hay que saber y estar claros que la vida se cumple de manera cíclica para todos nosotros según nuestras obras, podemos vencer a un hombre, dañar a una persona, ganar una batalla, ofender a un individuo, mancillar su espíritu y hasta quebrantar la fe de alguna persona, pero asimismo, el Creador del Liderazgo también está atento a su obra y puedo decirles con profunda convicción y conocimiento que la injusticia no pasará desapercibida ante sus ojos y que tarde o temprano tendrán que enfrentar las consecuencias de sus acciones, porque no será casualidad cuando duramente la vida los golpee y donde esa conciencia de la cual fuimos dotados traiga a su memoria el ejercicio de su injusticia y tal como dicen las escrituras empezará “el llanto y el crujir de dientes” colocándose con ello nuevamente la justicia en su verdadero sitial y el liderazgo como un ejercicio de honor para todos los hombres. Tenlo Presente.

Carlos O. Delgado C.

@liderazgoentudia

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.