24 de Mayo de 2021 - Boletín Nro.399
"Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País"
La pasión es una emoción intensa que se experimenta por algo o por alguien, ésta incluye en su ADN el deseo o el entusiasmo para realizar ciertas acciones, aspecto que le brinda a los seres humanos la necesidad de activar su sentido de pertenencia en virtud que una vez identificada la pasión que les motiva dedicaran a ella toda su vida. Por eso, esta elevada emoción lleva a las personas desde el simple nivel de desear algo hasta el empoderado nivel de realizar las acciones necesarias para alcanzar lo que indique esa pasión. En virtud de lo descrito podemos aseverar que dentro de la estructura de lo que implica el liderazgo existen dos términos que se entrelazan, conviven, generan simbiosis emocional y potencian el quehacer diario del individuo, uno es la motivación y el otro obviamente la pasión; convirtiéndose ambos en elementos fuertes y complejos, amplios y con muchos matices que trataremos de resumir para afianzar el tema.
Se sabe que un líder experimenta pasión hacia su labor cuando la realiza buscando la excelencia, pues al sentir esta emoción disfruta llevarla a cabo y busca que se haga de la mejor manera. Un líder con esta emoción es optimista, alegre y con ilusiones, influencia e impacta en los suyos con más efectividad y logra los objetivos dejando en sus seguidores enseñanzas y fortalezas que potencian su crecimiento personal y profesional, como también a todos quienes le acompañen en el desarrollo de su gestión. Es así, que si él líder contagia esta emoción a las personas de su entorno y obviamente logra transmitirlo automáticamente todos se sentirán motivados y cargados de energía para hacer y lograr, elementos que marcaran una gran diferencia al momento de valorar su gestión.
Un líder debe conocer bien cuáles son sus pasiones para construir un discurso basado en la verdad. Esto llevara a sus oyentes o fieles seguidores hacia el camino más fácil para llegar a sus metas. Sin pasión, la persona se convierte en un ser abstracto, sin rumbo y sin ilusión, por eso, las personas que ejercen el liderazgo y que han conseguido determinar qué es lo necesario para sonreír cada mañana al despertar, obtendrán el premio del día, lo cual se traduce en un galardón pensado sólo para aquellos que sepan transmitir al equipo desde el primer minuto sus sensaciones más profundas y que hacen que los diferencien del resto del universo. En virtud de lo expresado podemos sentir que el liderazgo está unido permanentemente a la pasión, porque si en verdad uno cree en sus palabras sabrá conquistar a la masa. Esa que espera todo de nuestra parte, en acción, respaldo, conocimiento, apoyo, enseñanzas, reconocimiento y un vital sentimiento de camaradería y unión que les convierte y amalgama en una construcción monolítica del éxito.
En efecto, para ejercer el liderazgo debe haber una gran pasión en el ser humano que le lleva de la mano a arriesgarse sin condición, a que despliege sus alas para descubrir el mundo que hay en su alrededor, ése que lamentablemente muchos no divisan, pues no se atreven a volar y dejan pasar los mejores años de sus vidas cobijados por los grises brazos de la tristeza, el conformismo y la elementalidad. Muertos antes de morir e ignorantes de su gran potencial, ajenos a las emociones y negados a despertar. Este no puede ser el Epitafio de alguien que se conoce como líder, por tanto llénate de pasión, descubre todos sus elementos y construye tus sueños cada día. Tenlo Presente.
