10 de Noviembre de 2014
Boletín No. 210
No es
Simplemente un Sillón…
Una
de las objetos que caracteriza e identifica a nivel mundial el mundo directivo,
gerencial y hasta la acción del liderazgo en los niveles corporativos o en los
sencillos espacios de una concebida oficina es el sillón que da vida a la
diferencia entre quien ejerce el poder decisorio y sus colaboradores.
Parece
mentira que ese simple objeto que pasa extraordinariamente inadvertido
amalgamara en su contorno elementos tan importantes como el afecto, las
emociones, líneas de acción, poder, humanidad y hasta trascendencia y
comprensión de quienes se acercan a su radio de acción, inclusive, es posible
que quien esté dispuesto a ocuparlo no conozca la magnitud del compromiso al
que se enfrenta por el solo hecho de posarse en su cojín y tener que accionar
con la mente del líder profesional, humano y capaz que la gente espera, es
posible que esa persona no conozca el mundo al que se enfrenta cuando le toca
asumir posiciones directivas que por su complejidad casi lo obliguen a acudir a
sus mejores talentos para lograr con maestría unir al equipo en pro de un objetivo
común llamado éxito y consolidar la meta esperada.
También,
podemos encontrar a hombres o mujeres que no les complace estar sentados en ese
sillón específicamente y están a la espera de nuevas alternativas y
oportunidades que les depare su vida profesional, pero en todos los casos quien
pretenda ocupar el sillón debe proceder y actuar con el más valioso de los
liderazgos porque en sus manos y capacidades se han confiado personas que están
ansiosas de ver esa luz al final del túnel a las cuales no les han preguntado
si quien se sienta ahí es o será la persona indicada para dirigirlos pero en
ellos está el más noble de los aspectos humanos al cual denominamos fe y otros
definen como confianza, el equipo simplemente espera que la persona que ocupe
el sillón viva su proceso, se amolde y sienta el peso placentero de desarrollar
iniciativas, cambiar entornos, modos de pensar, generar visión, estimular el
empoderamiento del equipo, que cada quien se sienta dueño de sus espacios y
sobre todo de sus responsabilidades, que cada persona se haga coparticipe de la
gestión, que el liderazgo se proyecte en cada uno porque cada quien se
convierte en hábil para todo y capaz de resolver cualquier eventualidad, y todo
esto sucede cuando se asume con honor, respeto, humildad, inteligencia y
sabiduría la entrega incondicional de un talento humano deseoso de asumir retos
y ganar capacidades.
Cuando
esto que les comento ocurre en el quehacer humano y
profesional, el Líder, el Gerente o quien Dirige aprende Amar con pasión y
fortaleza el sillón confiado, a esa silla que lo identifica de los demás
miembros de su equipo, y de seguro entregará lo mejor de él para hacer brillar
con creces no solo el cargo otorgado sino lo más importante que quedará tatuado
en su corazón, la confianza recibida del valioso grupo humano que confió en sus
capacidades para guiarlos a una mejor posición.
Dedicado
con Respeto al Valioso Talento Humano de la Gerencia de Droguería y Farmacias
IPSFA.
Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos, y
un Respetuoso Abrazo Virtual.
C.E.O / Carlos
Omar Delgado Carpio
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