domingo, 3 de julio de 2022

04 de Julio de 2022 - Boletín Nro.425

¿Eres Impecable con tus Palabras? ...  

"Venezuela, es Urgente Reilusionarnos como País"

En días pasados recibí un mensaje de texto que lo traduje desde mi concepto personal en lo que denominamos un golpe bajo, precisamente cuando me encontraba en un instante de emoción y alegría en el marco de un evento que consideraba importante. Esto me llevo a una profunda reflexión. Todos, absolutamente todos los que de alguna manera ejercemos el liderazgo en cualquiera de sus acepciones debemos revisar si nuestra actuación y desempeño se convalida con la majestad de lo que ejercemos y lo que significa verdaderamente el liderar, dirigir, orientar y consolidar objetivos, ganar adeptos y generar equipo para sumar colaboradores, ahora bien, si nuestras actuaciones pueden mantenerse en ese rango aceptable estamos en el camino de ser un buen líder, de lo contrario existen muchos bemoles que considerar del por qué no se están dando las cosas como lo esperamos y si los objetivos no se están cumpliendo como deberían. Es por esto que el Líder debe evaluarse constantemente y en este sentido las palabras que usas sean estas de viva voz o plasmadas en un escrito tienen un papel primordial y relevante.

Precisamente, es aquí donde vienen a mi mente dos fuentes fundamentales en lo que respecta a lo que uno dice o escribe mediante la virtud de las palabras y el efecto que generan en las personas que por cuestión de organización ejercen como nuestros colaboradores, la primera en la gran sabiduría del Creador del Liderazgo Jesús de Nazaret cuando nos dice en Efesios 4:29 “No salga de tu boca ninguna mala palabra, sino solo aquella que sea para edificar según la necesidad…” la segunda, en base a lo descrito en el Libro Los Cuatro Acuerdos de Don Miguel Ruiz, siendo el primero de ellos “Se impecable con tus Palabras”. 

Muchas veces he dicho y escrito todo lo que implica una palabra y sobre todo para el líder, ya que con ellas te conviertes en el alfarero de la organización, con ellas sumas o restas, destruyes o construyes, te siguen conscientemente y con sinceridad o solamente cumplen con una jornada a tu lado y sin mayor trascendencia destruyendo el compromiso. Con ellas permites el vuelo libre, la creatividad, el desarrollo, el crecimiento, los cambios, la fluidez y el dinamismo de las ideas o por el contrario cercenas, castras o hasta eliminas de raíz cualquier deseo de colaboración. Recuerda y ten presente que las Palabras si tienen Poder,  y si están en los labios o en las letras de quienes ejercemos el liderazgo ese poder se hace más significativo. Es así, que al no saber que decir el silencio cobra una dimensión invaluable siendo siempre la llave del tesoro ante esta situación.

Ahora bien, si por nuestra condición humana que lleva implícito el error y la imperfección sabemos que somos susceptibles a fallar, también por esa misma condición sabemos que tenemos capacidades, talentos e intelecto para mejorar, para corregir, para revisarnos, para ir perfeccionando el uso impecable de lo que expresamos y a quien se lo expresamos, sobre todo cuando esas palabras están dirigidas a tus colaboradores inmediatos, eso no limita a que puedas manifestar palabras que impliquen actuar con disciplina, con algún rigor de ser necesario, pero permite que esas palabras también edifiquen, que sean para crecer, que activen la multiplicación, la suma y no la resta o peor aún la división.

El Líder tiene que revisarse, evaluarse y corregirse de ser necesario, para poder consolidarse y mantener el respeto y la consideración de su entorno y de su gente, teniendo en cuenta que el mundo que conocemos empezó por una palabra y así mismo puede terminar. Tenlo Presente.

Carlos O. Delgado C.

Management Trainer 

Dios les Bendiga, mis Mejores Deseos y un Respetuoso Abrazo Virtual.